Con esta actividad se pretende trabajar las medidas de
reducción (tras realizar el cálculo de lo que emitimos) y se propone compensar
esas emisiones (equilibrarlas) mediante la plantación de árboles que absorban
CO2 atmosférico.
Los océanos, los suelos y la vegetación son los elementos
capaces de absorber de la atmósfera el CO2, constituyen lo que se llaman sumideros.
En el caso concreto de las plantas, absorben dióxido de carbono gracias a la
fotosíntesis, proceso por el que este gas queda fijado en sus raíces, tronco y
hojas.
Realizar una plantación con vegetación mediterránea, como
plantea esta actividad, no sólo contribuirá a paliar el problema del cambio
climático, sino que también va a reportar otros beneficios ambientales. Plantar
árboles que absorban CO2 atmosférico es a su vez crear espacios para la
biodiversidad natural, es evitar la pérdida de suelo, es proyectar zonas de
recreo para el encuentro social y un largo etcétera de beneficios.
La compensación de emisiones de CO2 mediante la plantación
no se muestra en ningún caso como alternativa a la reducción, sino como
complemento de ésta, y una vez emprendidas las medidas para reducir las
emisiones en el centro. Este aspecto, es importante desde el punto de vista
educativo, ya que no se trata de dar la sensación de que se puede emitir cuanto
se quiera para luego compensar.
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